Por: Diego Alonso Arecha (@Diego_Alonso23)
El 17 de diciembre de 2013 fue el día elegido por Amaya Valdemoro para poner punto y final a su carrera como deportista. Arropada por familiares, amigos, excompañeros y directivos, la mejor jugadora española de baloncesto de todos los tiempos dijo adiós entre lágrimas a la que durante más de 20 años ha sido su dedicación y forma de vida.
Amaya Valdemoro Madariaga nació en Alcobendas el 18 de agosto de 1976. Desde pequeña fue una niña muy inquieta, prácticamente incapaz de estar sentada en una silla durante más de cinco minutos. Sus padres sabían que tanta energía debía ser encauzada, y el deporte era la mejor vía de escape. Amaya practicó atletismo hasta los 13 años, demostrando sus grandes dotes físicas y competitivas. Sin embargo, el baloncesto se cruzó en su camino. Fue de casualidad, durante el descanso de un partido que disputaba su hermana, pero supuso que la pequeña quedara prendida para siempre de la magia de este deporte.
Desde entonces el balón y ella fueron inseparables. Comenzó jugando en el equipo de la Universidad de Salamanca, con tan sólo 14 años, y tras superar una prueba a la que llegó de forma totalmente fortuita gracias a una amiga de su hermana. En su primer año el equipo consigue ascender a División de Honor y ella es nombrada mejor jugadora de las finales. Posteriormente es fichada por el equipo valenciano Dorna Godella, donde se proclama campeona de Liga dos años consecutivos y logra ganar la primera Copa de Europa para el baloncesto femenino español. Era de esperar que Amaya se convirtiese en muy poco tiempo en una de las mejores jugadoras de nuestro país, y su llamada a la selección no se hizo esperar.
Con 18 años tenía todo para triunfar en la élite del baloncesto español, pero la vida le dio un duro revés. Su madre muere debido a un cáncer. Pocos días antes le dejó una frase que marcó su carrera deportiva: «Siempre que metas una canasta, acuérdate de mí». Tras su triunfal paso por el Salamanca Halcón Viajes (94-96) y el Pool Getafe (96-97), es nombrada ‘Jugadora de Mayor Impacto’ del Mundial de 1997, lo que no pasa inadvertido para algunos equipos de EEUU. En 1998 es elegida por los Houston Comets en el número 30 del Draft de la WNBA (Women´s National Basketball Association). Codeándose entre la élite del baloncesto mundial, allí conseguirá tres anillos consecutivos —primer deportista español/a que lo logra—, pese a que es relegada al banquillo.
Vuelve a España y ficha por el Ros Casares Valencia (01-05). Pero su espíritu ganador y sed de triunfos hace que decida marcharse a la Liga rusa, más concretamente a Samara, donde peleará de nuevo por la Liga Europea. Tres años bastante duros para ella, que suponen su vuelta a la liga española —a lo que se suma un periplo por Brasil—. Una vuelta que trae consigo numerosos títulos para su club y los mejores resultados de la historia para la selección (plata en el Eurobasket 2007 y bronce en el Mundial de 2010)
Tantos años al máximo nivel empiezan a pasarle factura. Las lesiones cada vez son más preocupantes —sobre todo la del gemelo derecho—, lo que supone que en algunos partidos llegue a jugar prácticamente coja. Pero se niega a retirarse y en 2010 ficha por el Rivas Ecópolis, equipo de Madrid que le permite estar cerca de su familia y amigos. Allí conseguirá su novena Copa de la Reina, además de un subcampeonato de Euroliga.
La mala suerte se cebó con ella el 12 de octubre de 2011, en el Pabellón Cerro del Telégrafo (Madrid). Durante una acción del partido, la alero madrileña sufrió una caída que le supuso la fractura de ambas muñecas. Una dolorosísima lesión que hizo que llegase incluso a perder el conocimiento, y que la tuvo alejada de las canchas casi 4 meses. Pese a las pocas esperanzas que había en que pudiese volver a jugar a gran nivel, Amaya reapareció 115 días despúes ante el Girona.
Su insatisfacción personal y ganas de competir la hicieron fichar en 2012 por el club turco Tarsus. Sin embargo, en febrero del año siguiente decide rescindir su contrato y volver a España, terminando su carrera en el Centros Único Real Canoe NC —de la segunda división española—.
Después de 258 partidos con la selección española, y siendo la deportista (hombre o mujer) con más internacionalidades de la historia de España, en 2013 se proclama campeona del Eurobasket tras ganar en la final a Francia. Sin duda, concluía su etapa —y la de su compañera y amiga Elisa Aguilar— poniéndole la guinda al pastel.
En diciembre de 2013 decide retirarse definitivamente del baloncesto profesional a los 37 años de edad. Las lesiones pudieron con ella y su cuerpo dictó sentencia, como declaró en su despedida: «Los dos últimos años han sido un auténtico calvario. Gracias por aguantarme y darme el ánimo suficiente para continuar». Lo que deja atrás es un camino plagado de triunfos, con más de 39 títulos en su palmarés, algo prácticamente imposible que vuelva a repetirse.
Amaya Valdemoro estará ligada siempre al baloncesto femenino en nuestro país. Una jugadora precoz, talentosa y descarada que fue el buque insignia para las mujeres deportistas durante muchísimos años y, sin lugar a dudas, que será un ejemplo para las generaciones futuras.
Palmarés de Amaya Valdemoro:
• 8 Ligas españolas (92-93, 93-94, 96-97, 97-98, 01-02, 03-04, 08-09 y 09-10)
• 9 Copas de la Reina (1994, 1997, 1998, 2002, 2003, 2004, 2009, 2010 y 2011)
• 4 Supercopas de España (2003, 2004, 2009 y 2010)
• 3 anillos de la WNBA (1998, 1999 y 2000)
• 3 Copas de Rusia (2006, 2007 y 2008)
• 1 Superliga de Rusia (2006)
• 1 Euroliga (1993)
Vídeo resumen de su trayectoria profesional: